El lunes pasado fuimos a comprar el árbol de Navidad. Como os conté aquí es tradición irse a los ranchos y viveros instalados en las zonas montañosas a comprar el pino, tú lo eliges y ellos te lo preparan para que te lo puedas llevar a casa.
Nosotros este año no hemos ido a ningún rancho porque yo aún soy pequeña pero en Puebla, cerca de casa pusieron una carpa muy grande con muchos, muchos pinos. Hay muchas variedades, unos que huelen más que otros, unos con las hojas más picudas, otros más ornamentales…
Tras mucho mirar, medir, oler y rebuscar elegimos el perfecto!
Nos lo prepararon y montaron en el coche y a casa!!
Lo mejor fue que al llegar y abrirlo… está torcido!!! Ja,ja… y mira que mamá y papá estuvieron buscando y buscando.. ja,ja!!
Al final papá lo arregló y ahora solo queda ponerle las luces, bolitas y demás…
Yo aún no puedo ayudar con eso pero al menos aplaudo a mamá cada vez que coloca una bola, y nos lo pasamos pipa!!
Martina
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