Una de las cosas que me gustan de México es cómo viven las fiestas. Aquí cualquier comercio, establecimiento por pequeño que sea, coches, autobuses y la gente de a pie, se mimetiza con la fiesta que se celebra.
Hace unos días lo que predominaba eran las banderas mexicanas, las imágenes de los líderes de la independencia, coches con pegatinas con los colores patrios, dependientes vistiendo los colores de la bandera… pues desde hace unos días lo que abunda, y cada vez más, es la decoración de Hallowen.
Sí, ya sé que falta más de un mes, pero… y qué bonito se ve todo lleno de calabazas, disfraces de todo tipo, brujas, dráculas. Y no se trata de cualquier cosa, sino más bien hay mucho, mucho nivel.
Ya tengo ganas de ser mayor para poder disfrazarme porque sé que voy a disfrutar de lo lindo.
Besitos y arrumacos.
Martina
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