Hoy hemos ido con unos amigos de papá y mamá a probar uno de los platillos más típicos de Puebla, los chiles en nogada.
Cuenta la leyenda que cuando Agustín de Iturbide pasó por la Ciudad de Puebla rumbo a la Ciudad de México en agosto de 1821 las monjas de uno de los tantos conventos de la ciudad, quisieron agasajarlo ofreciéndole un platillo original. Las religiosas decidieron que el plato debía incluir los tres colores de la bandera mexicana, de esta forma, el platillo tiene el verde en el chile, el blanco en la salsa de nuez -lo cual explica lo de "en nogada", por las nueces de Castilla-, y el rojo con los granos de granada con que se adorna.
Es tradición que se prepare en julio, agosto ya que es la temporada en que estos chiles se consiguen con toda seguridad. Es un verdadero manjar para quien lo puede disfrutar, y es que el relleno del chile consiste en un preparado de carne molida (picada) con frutas como la manzana, durazno (melocotón), pera y pasitas condimentada con especias finas. Es un platillo que también requiere mucho talento y paciencia ya que el meollo del asunto es lograr un equilibrio entre los sabores dulces de las frutas con los fuertes de las especias y el baño de la salsa de nuez hecha a base de nuez de Castilla molida y mezclada con jerez entre otras cosas.
Este es el platillo que nos trajeron y que mamá probó por primera vez.
Yo para el evento (y dado que hoy ha salido el sol y hacía calorcito) he elegido este bonito modelito.
Besitos y arrumacos.
Martina
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